En la nueva pandemia de salud mental son necesarias herramientas para fortalecer y cuidar la mente. Aquí te cuento varias.
La sociedad en la que vivimos es cada vez más compleja. La cantidad de conocimientos y habilidades que debemos adquirir y retener a lo largo de la vida es enorme. Las exigencias a las que estamos expuestos están cambiando más rápido que nuestros genes. Antes nuestro mayor miedo podía ser tener una lesión que nos impidiera escapar de un depredador, y el estrés tenía una función corta y vital.
Ahora nuestro mayor depredador está en nuestra cabeza y el problema es que entendemos mal cómo cuidarla.

Estrés
Durante cientos de miles de años, nuestras vidas transcurrían en un gran porcentaje del tiempo en tranquilidad.
Como mecanismo de supervivencia en este hostil entorno desarrollamos el instinto de ‘luchar o huir’ que debemos aprender a gestionar. En este primer artículo te explico cómo funciona el estrés y cambios sencillos que puedes adoptar para reducirlo, y en el segundo artículo te explico transformarlo en un estrés de tipo positivo.
Si crees que has pasado por una época larga de estrés, es posible que estés agotado como explico en este artículo.
Mi consejo es intentar adoptar una postura minimalista para enfrentarnos a los estresores y estímulos del mundo moderno.
Ansiedad
Si ahora sustituimos los peligros de un entorno salvaje por las redes sociales, el tráfico, la política, el Covid-19, el dinero, el estrés laboral o el drama familiar de turno, puedes ver rápidamente por qué la ansiedad afecta tanto a nuestra salud mental. Nuestra sociedad es más segura que nunca, pero pasamos más tiempo en alerta que antes.
En los siguientes artículos te explico cómo regular la ansiedad a través del cuerpo, pero también con una técnica del mindfulness o cómo evitar distorsiones cognitivas como el síndrome del impostor.

Sociedad
Y por último, la salud mental debe entenderse desde un plano biopsicosocial. Es decir, debemos prestar atención a la sociedad en la que vivimos y los cambios de estilo de vida que podemos hacer.

Nos confundimos dandole importancia excesiva a la esperanza de vida, cuando lo importante está en la calidad de esos años de vida y el bienestar psicológico. El dinero que se está destinando a medicalizar la vida de la gente, salvaría infinitas más vidas si se destina a otras políticas.
Debemos invertir todo lo posible en mejorar nuestro estilo de vida para cuidar nuestra salud mental como explico en este artículo.
Para muchas personas, la comida es su vía de escapa. Cuando la vida es más estresante, es más complicado no ceder ante la comida palatable y fácilmente accesible. La primera solución sería aumentar los servicios no médicos (alimentación, alcoholismo, soledad, contaminación, etc) antes de hablar de dietas. Aunque si quieres conocer la mejor dieta para el cerebro, en este artículo explico una pirámide alimenticia basada en el conjunto de la evidencia disponible sobre nutrición.
