«La comparación es el ladrón de la alegría» – Theodore Roosevelt

Domingo por la mañana. Coges una taza de café, enciendes tu portátil: es hora de leer. Abres tu bandeja de entrada en busca de alguna newsletter interesante o rescatas aquellos artículos que tenías pendientes. Ves demasiado contenido, pero un artículo te llama la atención: Estas 3 Claves sobre tu Cerebro pueden Cambiar tu Vida.

«¿Cómo podrías dejar pasar la oportunidad de saber cómo cambiar tu vida en 5 minutos? Encantado de conocerte, soy FOMO (fear of missing out o «miedo a perderse algo» para los amigos)».

Abres el artículo en una nueva pestaña. Ahora, tus ojos se deslizan por la página, saltando ansiosamente por las secciones en busca de contenido de valor. No las encuentras… pero encuentras otras nuevas. ¡Te doy la bienvenida al mundo moderno, con miles de estímulos pujando por tu atención!

En el artículo de hoy, aprenderás cómo funciona el cerebro social, dónde nace el FOMO y su compulsión, la ansiedad, peligros y cómo ponerle freno de una vez por todas para disfrutar de una vida con menos distracciones y comparaciones que produce el mundo moderno.

Cerebro y tribu: explotar la aprobación social

Aunque hablamos del ser humano como un ser racional, la realidad es que en primer término somos un ser social. Sí, todos tenemos una cognición social mediada por la red neuronal por defecto (DMN), (estudio) que aprovecha la tecnología para explotar nuestra necesidad de aprobación.

Esta evaluación social es importante para saber cuál es nuestra posición en un grupo y aprovechar las posibles oportunidades sociales. Por ello, nuestros sistemas de comparación social son adaptativos, nos permiten entender lo que la tribu espera de nosotros y favorece la integración en la misma con ciertas señales que actúan como normas. Esta regulación favorece también la supervivencia de los grupos.

De esta manera, nuestro cerebro evalúa a las personas, nos compara con ellas para evaluar qué tal va nuestra vida, lo utiliza para graduar nuestra autoestima e incluso busca nuestra propia identidad en los diferentes grupos y roles sociales.

El problema está en que las emociones sociales pueden producir estados emocionales fuertes que motivan conductas como, por ejemplo, la envidia, que nos empuja a no quedarnos fuera del grupo —pero también desvía la atención de nosotros mismos—.

En pequeñas dosis, estas emociones sociales nos permiten saber qué tal lo estamos haciendo, sin embargo, un exceso de sensibilidad conducirá a un secuestro atencional de nuestro cerebro social.

¿Este problema ya lo sufrían nuestros ancestros o es algo nuevo?

FOMO (Fear Of Missing Out)

El FOMO (miedo a perderse algo) se empieza a estudiar desde 1996 como una forma de describir a los empresarios que toman demasiadas decisiones por miedo a perder oportunidades (referencia).

Caricatura de como el FOMO es el miedo a perderse algo
Caricatura de cómo el FOMO es el miedo a perderse algo

Este miedo está históricamente ligado a nuestra supervivencia y nuestro cerebro social. La falta de una fuente de alimento o agua, por ejemplo, podría ser la diferencia entre la vida y la muerte. Nuestro cerebro lo experimenta como un deseo compulsivo de hacer algo o estar en algún lugar motivado por el miedo (imaginario) a lo que potencialmente se perderá.

El FOMO es una tortura psicológica autoinventada.

Es un producto de la peor imaginación de nuestra mente. Es la irracional creencia de que todo el mundo se divierte más que tú, en todo momento.

Peligros de la hiperconectividad para nuevas generaciones

Para 2021, se prevé que habrá alrededor de 3 000 millones de usuarios activos mensuales en las redes sociales. Tan solo hay que echar un vistazo a las estadísticas para confirmar que las redes sociales se han convertido en una parte integral —y en gran medida, inevitable— de nuestras vidas.

Tendencia de uso de las redes sociales
Tendencia de uso de las redes sociales (fuente)

Esta hiperconectividad tiene muchas cosas buenas, pero afecta especialmente a los jóvenes que no han terminado de desarrollar sus lóbulos frontales hasta los 30 años. La explosión de las redes sociales ha lanzado a nuevas generaciones de jóvenes de cabeza a experimentar FOMO.

Al final, aquellos más insatisfechos con su vida desencadenan sentimientos negativos como el aburrimiento y la soledad, lo que tiene un impacto en su bienestar psicológico (estudio), sobreestimando la actividad de otros compañeros (estudio).

En un estudio se asoció el FOMO con una serie de resultados negativos relacionados con el estrés y la emocionalidad negativa. Los estudiantes que experimentaban FOMO tenían más probabilidades de perder sueño y experimentar más fatiga (estudio, estudio, estudio, estudio).

Utilizando diarios para guardar registros a lo largo de un año, los resultados mostraron que el FOMO estaba presente durante todo el día, pero sobre todo más tarde en el día y cerca del final de la semana.

Linea del tiempo a lo largo de la semana con el numero de horas que se utilizan las redes sociales.
Línea del tiempo a lo largo de la semana con el número de horas que se utilizan las redes sociales

Se concluyó que las personas cuyos comportamientos sentían como obligaciones personales eran más propensos a reportar un mayor FOMO, independientemente de su temperamento (estudio).

Por ello, el estado de hipercomparación social que producen las redes sociales está haciendo que mucha gente tenga problemas graves, sobre todo cuando tu mayor ocupación es un sistema educativo que elimina la curiosidad.

Nuestro sistemas de evaluación social son adaptativos en la tribu, pero no en las redes sociales, donde existe una hipercomparación.

Las personas con menor capacidad de metacognición, alta empatía emocional, alta necesidad de comparación y que mantienen su autoestima a través de la autoevaluación positiva están enloqueciendo, literalmente, en las redes sociales. El cerebro de muchas personas no está preparado para manejar esto.

Cuanta menos autonomía, percepción de competencia y conexión en su vida diaria, más probable es que los jóvenes sientan FOMO.

Uso compulsivo de las redes sociales

Ahora, piensa en el cerebro pegado a las redes sociales: novedades, fotos, cotilleos, iconos, envidias, peleas, risas… las redes explotan todos y cada uno de los principales procesos de excitabilidad del cerebro. De ahí su éxito.

¿Cómo convencer a un cerebro sensorialmente inundado de estímulos, recompensas incesantes, la inagotable interacción a la carta, preocupaciones compartidas, etc.?

Y ante esto, ¿cómo ser autónomo, tener preocupaciones propias y trabajar en uno mismo?

En resumen, el FOMO es más bien una de las funciones de la ansiedad, que te previene de que algo pueda suceder en un grupo, de la que puede que no formes parte y que socavará tu pertenencia al mismo (estudio).

Alrededor del 5 % de los jóvenes son más adictos a las redes sociales que el alcohol y el tabaco. Su naturaleza adictiva se debe al grado de compulsividad con el que se usa (estudio).

Parece que la mayoría de la redes sociales tienen un efecto negativo en el bienestar de adolescentes, siendo YouTube la única excepción
Parece que la mayoría de la redes sociales tienen un efecto negativo en el bienestar de adolescentes, siendo YouTube la única excepción (fuente)

Las redes sociales —mal utilizadas— dejan a las personas con una baja autoestima, buscando el perfeccionismo y aumentando así su ansiedad.

Características que se desarrollan en Instagram
Características que se desarrollan en Instagram (fuente)

Esta impulsividad está vinculada tanto a la gratificación instantánea —la necesidad de experimentar un placer rápido y a corto plazo— como a la liberación de dopamina (estudio).

Ese deseo de obtener una «descarga» de dopamina, junto con la imposibilidad de obtener una gratificación instantánea, lleva a las personas a refrescar incesantemente sus notificaciones (estudio, estudio).

Lo peligroso de este uso compulsivo es que la falta de likes causa una autoreflexión negativa, provocando una continua actualización en busca de notificaciones con la esperanza de ver que otra persona ha «disfrutado» de la publicación para ayudar a lograr su validación personal (estudio).

Las redes sociales también pueden aumentar la ansiedad al incrementar la capacidad de las personas de mantenerse al día con las actividades de sus círculos sociales (estudio, estudio, estudio). Estamos hiperobservados.

  • Una persona alta en metacognición e inteligencia es capaz de desengancharse de esta experiencia sensorial inmediata, comprender el coste de estas actividades y buscar alternativas disponibles.
  • La persona con menor capacidad de regulación en lóbulos frontales está inundada sensorial, hedónica y socioafectivamente; no sabe lo que está pasando en su cerebro, solo siente atracción.

En un cerebro literalmente enganchado a señales y malestar es más fácil explotar la excitación, mediada por dopamina fásica, que produce la novedad. La tecnología de ahora también aprovecha el miedo a no quedarse fuera de las dinámicas sociales, miedo a no recibir la atención suficiente, a no ser moral, a no cumplir los estándares de belleza, a no parecer inteligente…

Ya no hay empresas de software, sino de ingeniería social e ingeniería de la adicción.

Convivencia en tribus vs. masificación urbana

El escritor Ralph Waldo Emerson dijo una vez que ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de hacerte algo más es el mayor logro.

Muchas personas están creciendo en un vacío de significado individual, así como en un vacío de significado relacional y social. Nuestro cerebro espera saber cuál es nuestra tribu y cuál es nuestra posición y rol en la misma.

Pero a menudo no sabemos quiénes son nuestro círculo cercano, cuál se supone que es nuestra tribu e incluso en el mundo moderno, cuál se supone que es nuestra profesión de ahora y del futuro.

No saber nuestro lugar provoca problemas de identidad. El aumento del narcisismo, el individualismo y el consumismo es en buena medida producto del vacío de significado y necesidades socioemocionales que produce la soledad.

Nuestro cerebro espera convivencia en manadas y pequeñas tribus, con roles orientados a conductas. Nos estresamos tanto en la soledad como en la masificación urbana.

El significado de nuestra vida es posible gracias a que convivimos con otras personas y a los diversos roles en la sociedad que nos generan expectativas.

¿La idea de éxito de la sociedad es la misma que la tuya? ¿Cuáles son tus valores? ¿Cómo logras el cambio y el crecimiento que buscas?

Disfruta de la magia de las pequeñas cosas y permítete sentir la alegría de perderte las cosas que realmente no quieres o necesitas. Tomar un descanso de todo el desorden y la distracción te da el tiempo y la energía para identificar y comprometerte con las cosas que realmente te importan, cosas que realmente te enganchan y te acercan a tus objetivos de forma productiva.

Cómo superar el FOMO

La revolución digital ha mejorado sin duda la calidad de vida de la humanidad: Internet ha democratizado el acceso a la información y ha eliminado muchas barreras que frenaban la colaboración, las redes sociales nos permiten crear comunidades y lanzar movimientos. Pero las nuevas tecnologías producen también nuevas adicciones.

En esta era tecnológica es más fácil evitar el alcohol que el e-mail. 

No se trata por tanto de renunciar a las nuevas herramientas, sino de usarlas con cabeza.

  • Para empezar, conocemos algunas técnicas que dotan a las persona de recursos para combatir el FOMO. Se trata de hacer un cambio en el control de la atención: prestar menos atención en las pérdidas potenciales y enfocarse más en las ganancias inmediatas de lo que se está haciendo en el ahora (estudio).
  • Además, la gratitud es esencial. Imagina que pierdes las cosas que tienes. Mentalmente quitar momentos de tu vida te hace apreciarlos más, te hace agradecerlos. Centrarse en la gratitud significa mayor promedio de notas, satisfacción con la vida, integración social, menor envidia y menor depresión (estudio). En varios estudios se encuentra que trasladar al papel las cosas que agradecemos reduce los síntomas de depresión (estudio), ayuda a dormir mejor (estudio), mejora la motivación escolar (estudio) y el bienestar (estudio). Te dejo algunas preguntas que suelen ayudarme: ¿qué he aprendido hoy?, ¿qué es importante para mí hacer mañana?, ¿qué ha sido lo mejor que me ha pasado hoy?
  • Piensa en reducir el tiempo que utilizas las redes sociales, por ejemplo, programando la ventana del día donde te permites usarlas (estudio). Al utilizar intervalos tu cerebro estará menos distraído y los descansos frecuentes ayudan a mantener la concentración por más tiempo (estudio).
  • Finalmente, practicar meditación nos ayuda precisamente a controlar nuestra atención, mejorando la calidad de nuestras experiencias diarias. Meditar ayuda a calmar la mente y desarrollar la atención (estudioestudio). Puedes buscar meditaciones guiadas en Youtube, en apps para el móvil; también puedes buscar sesiones de meditación o clases de yoga que te acerquen a estados de mindfulness, o bien puedes probar dispositivos como MUSE que utilizan el neurofeedback para hacer la meditación más efectiva. Te dejo un vídeo demostración.

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