«Quien deja de aprender es viejo, ya sea a los veinte o a los ochenta años. Quien sigue aprendiendo se mantiene joven»
Henry Ford
Durante la mayor parte de mi experiencia en el instituto, soñaba con una vida con más significado que copiar apuntes. Gran parte de mis profesores hacían que el aprendizaje fuera tan aburrido que habría hecho prácticamente cualquier cosa para escapar del sistema educativo.
Esta relación con el instituto me hizo pensar que el aprendizaje era algo inútil. Me preguntaba: ¿quién necesita educación? Basta con conseguir un trabajo y ganar dinero. Veía el aprendizaje como una pérdida de tiempo y recursos.
No tardé en darme cuenta que era todo lo contrario. Con el tiempo empecé a lograr más resultados en los momentos que mantenía mi aprendizaje activo. Y cuando dejaba de aprender, ocurría lo contrario.
¿Y qué cambió? Mi visión de la educación y las estrategias de aprendizaje de un niño de 7 años, que se habían quedado obsoletas, por otras nuevas.
Poner en práctica las estrategias de este artículo me han ayudado a cultivar una curiosidad por aprender que ha cambiado mi forma de interactuar con el mundo. Espero que a ti también te sirvan.
¿Por qué la gente no quiere aprender?
No quiero caer en el autoengaño. Sé que, en general, la gran mayoría prefiere hablar sobre noticias que sobre política, leer cotilleos en lugar de ciencia o caer en supersticiones en lugar de enfrentarse a una realidad compleja.
Sin embargo, por naturaleza los seres humanos aprendemos cosas porque el mundo es profundamente interesante, mucho más interesante de lo que podamos imaginar.
Por eso, muchas veces me pregunto: ¿cómo hay gente que ve el mundo que le rodea y siente que no hay nada que merezca la pena aprender?
Los momentos que vivimos son una porción infinitesimal de la historia de la humanidad. Millones de vidas se han vivido antes que la nuestra y existirán miles de millones más. Cada uno de los problemas a los que nos enfrentamos en la vida han sido resueltos por miles de personas y tenemos la suerte de que muchos han registrado cómo los solucionaron.
Durante tu vida, hay más cosas en las que podrías tener talento de las que tendrás tiempo de hacer en miles de vidas, y hay muchísimas cosas que pueden apasionarte y crear tu propósito.
El aburrimiento es incomprensible en un mundo de acceso casi infinito al conocimiento. Aprender cada día es el paso más rentable para una vida mejor y te explico por qué:
- Puedes tomar mejores decisiones en un mundo cada vez más complejo. Las consecuencias de las malas decisiones son grandes y la calidad de tus decisiones marcan el resultado de tu vida.
- Obtienes más oportunidades, porque el cambio es la fuerza motriz de la vida. Aprender es el camino para sacar lo máximo de tu vida y ganar la confianza necesaria para conseguir objetivos más ambiciosos. Si aprendes cada día, es posible que llegues a pensamientos a los que nunca antes habías llegado y estarás expuesto a ideas de las que nunca habías oído hablar.
- Es una buena estrategia de supervivencia. Nuestros ancestros lo sabían muy bien, ya que un entorno salvaje requería habilidades y conocimientos diversos. Puedes perder todo lo que has ganado en la vida: tu dinero, tu trabajo, tus clientes, tu reputación, tu casa, tu coche e incluso las personas que quieres, ¿pero cuál es la única posesión que nunca perderás?
- Acceder a otros trabajos o negociar mejores condiciones. El tiempo que necesitas invertir en aprender no es tanto al principio para empezar a ganar conocimientos y habilidades rápidamente (detalle, detalle, estudio).
Podrías ser mucho más feliz y llevar una vida mucho más interesante si eliges bien tus objetivos de aprendizaje y abres tu curiosidad al conocimiento.
Afronta el crecimiento exponencial del conocimiento
De todos los pilares de la sociedad que se ven afectados por la modernidad, el más destacado es la educación. No solamente recibe el impacto de la tecnología, que modifica nuestra manera de aprender, sino también la influencia de los nuevos cambios en las personas y su cultura, que en gran medida son quienes han de dirigir la propia educación.
Richar Buckminster Fuller fue uno de los pioneros en el intento de calcular la tasa de acumulación de conocimiento de la humanidad. En su tarea, desarrolló una serie de hipótesis acerca de la aceleración del conocimiento humano que más tarde derivaron en la llamada curva de duplicación del conocimiento (Knowledge Doubling Curve). Según esta teoría, se estima que en el año 1900 la humanidad duplicaba todo su saber cada 100 años. En 1945, cada 25 años, y en 1975, cada 12 años. Ahora, estiman que el conocimiento se duplica casi cada día.

Este dilema es una realidad tangible: ante un incremento de la información disponible, debemos replantearnos a todos los niveles qué conocimiento debemos preservar y cuál desechar
Quien sale del instituto o la universidad, rápidamente se da cuenta de que la educación del resto de nuestra vida se nos entrega sin un manual de instrucciones, y el reto que enfrentamos (y que muy pocos consiguen) es cómo crear la tuya propia para no dejar de aprender.
Sumérgete en tu máximo interés
Déjate llevar por tu curiosidad y encuentra formas de aprender nuevos temas que te sirvan. Mira vídeos, lee libros o haz cualquier otra cosa que te guste porque, cuando te diviertes aprendiendo algo, deja de ser una tarea tediosa y se convierte en algo que realmente te gusta hacer.
¿Qué quiero decir con esto? Intenta sumergirte todo lo posible en un tema que quieras aprender y haz que forme parte de tu rutina diaria de múltiples formas.
- Por ejemplo, puedes aprender nuevas habilidades, como la escritura, leyendo con frecuencia artículos e identificando las características que los hacen buenos. Hoy en día hay miles de libros, pódcast y blogs en Internet.
- Puedes conectar con personas de todo el mundo y extraer aprendizajes para aplicarlos a tu vida, por ejemplo, como hacemos en la comunidad SmartSapiens.
- O mejorar tus conocimientos en temas específicos, viendo y leyendo con frecuencia muchos contenidos en plataformas como Coursera, Edx, TED y muchas otras.
Aprender algo nuevo puede ser difícil, pero cuando te sumerges en un tema concreto, sin duda te resultará mucho más fácil.
«Puedes literalmente aprender cualquier habilidad que quieras de forma gratuita en Youtube. Puedes convertirte en una persona de valor en cuestión de meses. Hace unos años esto no era posible. Si has tenido la suerte de nacer en esta época, aprovéchala al máximo»
Elon Musk
Encuentra tiempo para invertir en tu aprendizaje
Una de las preguntas que puedes hacerte ahora mismo es cómo encontrar tiempo para dedicárselo a la actividad que quieras aprender mientras te ocupas del resto de cosas como el trabajo, la familia, etc. Sin embargo, en la práctica, no es un problema de tiempo, sino de estrategias:
- Primero, busca el tiempo que tengas y aprovéchalo sin distracciones de forma intensa. Puedes dedicar 20 horas a la semana, pero tendrás los mismos resultados que con 5 horas bien aprovechadas. Agenda bloques de tiempo donde puedas dirigir tu máxima concentración.
- Segundo, encuentra momentos de transición para sumergirte y crear algo nuevo en tu vida. Puedes aprovechar unas vacaciones, el tiempo que estés sin trabajo o cuando te gradúes de la universidad. Estarás invirtiendo en tu «yo» futuro.
- Tercero, pregúntate: ¿cómo puedo enfocar mi aprendizaje para encontrar la mayor efectividad en mi vida y mi trabajo? Intenta alinear tus objetivos de aprendizaje con tus estudios, tus necesidades personales o tu trabajo.
- Por último, revisa tus estrategias de aprendizaje con un diario. En un estudio, empleados que dedicaron los últimos 15 minutos de cada día de su periodo de formación a escribir y reflexionar sobre lo que habían aprendido obtuvieron un 23 % más de resultados en las pruebas finales. Si lo piensas, esos 15 minutos representan solo 1/33 del tiempo total, pero suponen hasta un 20 % en ganancias. Una muestra del poder de la metacognición.
Lo que importa es la intensidad que pones en aprender, tu iniciativa y compromiso para invertir en tu vida, no el rompecabezas de tu agenda y tu tiempo.
Las tendencias en la economía, la educación y la tecnología van a ampliar las diferencias entre aquellos que aman aprender y los que no (detalle). Considera el aprendizaje como la comida, el agua, el aire y el ejercicio: es algo que necesita un suministro constante.
Aprender cada día es una inversión en ti que puede darte más dividendos que cualquier otra cosa en la que puedas invertir.
0 Comments