«Qué gran volumen de aventuras puede abarcar en el lapso de su pequeña vida aquel que interesa su corazón en todo»
Laurence Sterne
La mayoría de la gente piensa que la curiosidad forma parte de la personalidad, cuando en realidad todo el mundo nace curioso a su manera. Por desgracia, esa curiosidad va desapareciendo conforme crecemos. ¿Por qué?
Aprender a ser curioso supone exponerse a riesgos o cosas nuevas y es seguramente lo más importante que puedes hacer para vivir una vida más creativa. Todo lo contrario a lo que sucede en la educación, donde los estudiantes se aburren la mayoría del tiempo por seguir los mismos planes rígidos de contenidos, (estudio) que hacen más difícil la tarea de aprender.
Ante esta situación, que en realidad se extiende a muchos más momentos de la vida, lo fácil es conformarse con ser mediocre. Cualquiera puede levantarse por la mañana, seguir la rutina de siempre en piloto automático, irse a la cama y repetir el proceso al día siguiente. La curiosidad no es algo que heredas, sino algo que cultivas.
¿Cómo puedo aprender a ser más curioso e identificar y extraer ideas de las infinitas posibilidades que me rodean? Este es tu artículo, pues hoy exploramos los beneficios de avivar la curiosidad.
¿Por qué dejamos de ser curiosos?
Cuando somos adultos, tendemos a caer en patrones cognitivos fijos cada vez más cómodos. Vamos envejeciendo y cada día nos hacemos menos preguntas. Por el contrario, los niños muestran una creatividad pura a cada hora del día (estudio), y probablemente el niño medio hace más preguntas en 10 minutos que el adulto medio en 10 días (estudio, estudio, estudio).
Como especie, el estado mental que más nos caracteriza es la curiosidad, aunque es el que perdemos con más facilidad. El nivel de apatía crece con los años y parece que nos conformamos con lo que nos da seguridad y elimina la incertidumbre.

¿Qué hacemos como sociedad para estimular la curiosidad? En un principio, la NASA, que busca a las personas más creativas y curiosas del planeta, intentó medir las razones por las que unas personas tienen un potencial creativo mayor que otras. En un estudio con 1600 niños, les pusieron una prueba a los 5, 10 y 15 años.
- La primera vez que lo hicieron, el 98 % obtuvo la máxima puntuación posible en la prueba de creatividad.
- La segunda vez que lo hicieron, cinco años después, solo el 30 % de los mismos niños obtuvieron una buena puntuación en la prueba.
- Y lo que es más deprimente, la tercera vez que lo hicieron, ya en la escuela secundaria, solo el 12 % de los niños obtuvo una buena puntuación.
Más adelante, menos del 2 % de todos los adultos se definieron como creativos (detalle, estudio).

Acostumbrados a ser evaluados con exámenes estandarizados durante nuestra educación, dejamos de estimular nuestro pensamiento divergente (estudio) y, como todo en biología, lo que no usas, desaparece.
Según avanzamos en la vida y nuestro nivel de conocimientos se estanca, caemos en un pozo de superioridad ilusoria, o mejor dicho, somos más vulnerables al sesgo de Dunning Kruger, pensando que ya lo sabemos todo. Cuando en la mente ya no hay diferencia entre lo que conocemos y lo que queremos aprender, dejamos de ver el mundo con curiosidad (estudio, estudio).
Estamos (erróneamente) acostumbrados a ver el aprendizaje y el conocimiento como algoritmos que descargar en nuestra mente, como un simple medio para un fin.
«La mente no es un recipiente que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender»
Plutarco
Las creencias que incorporamos durante la vida pueden ser peligrosas. Imagina cómo sería la sociedad si realmente viviéramos según la metáfora de Plutarco. En parte, ya vivimos en esa realidad. Dejamos de ser curiosos porque dejamos de aprender. Como en la lectura, tu curiosidad depende de lo que ya sabes. Por tanto, la manera de seguir siendo curioso es seguir siempre aprendiendo cosas nuevas.
De hecho, hay una relación entre las personas más curiosas y sus niveles de bienestar. ¿La curiosidad nos ayuda a ser felices?
¿La curiosidad es la clave para ser feliz?
Altos niveles de curiosidad suelen estar relacionados con mejores niveles de salud mental (estudio). Cuando estudian a estas personas, se obtienen mejores resultados en pruebas de memoria y habilidades cognitivas que otras personas menos curiosas. ¿Podría deberse a que la curiosidad despierta la atención y, por tanto, codificamos mejor la información?
Por intuitivo que pueda parecer, en realidad la curiosidad no es un estado mental, sino una emoción. De esta manera, la curiosidad induce un estado de afecto positivo gracias al placer que nos hace sentir bien, y con ello, consigue mejorar la memoria a todos los niveles (estudio, estudio).
Además, gracias a la curiosidad se activan áreas cerebrales implicadas en procesos cognitivos de alto nivel, y quizás esto explica que la curiosidad también pueda ser neuroprotectora contra la depresión (estudio, estudio).
En general, la curiosidad está muy vinculada a la felicidad. Tienen una relación bidireccional, es decir, una alimenta a la otra (estudio). De hecho, se asocia la curiosidad a rasgos de personalidad como la baja aversión al riesgo, la tolerancia al estrés y la búsqueda de emociones.
Las personas felices están menos inhibidas y se animan a explorar más en la vida.
Parece contradictoria que la curiosidad esté tan vinculada a la felicidad si un entorno de peligro nos induce a la búsqueda de seguridad. Si, como especie, nuestro objetivo principal es sobrevivir lo suficiente para transmitir nuestros genes, ¿por qué nacemos con esta aparente necesidad de explorar? Dicho de otro modo, ¿por qué el Homo sapiens es un animal tan curioso por naturaleza?
Beneficios de la curiosidad
En resumen, cuanta más curiosidad tengamos por el mundo en general, mejores serán las conexiones entre las redes cerebrales asociadas al aprendizaje, la búsqueda de información y la motivación (estudio).
Nos estamos perdiendo sus grandes beneficios, como:
- Guiarse por la curiosidad en el aprendizaje mejora el rendimiento por encima de seguir un material didáctico predeterminado (estudio, estudio), y aún mayor es la diferencia en familias con un estatus socioeconómico bajo (estudio).
- Un estudio en el que se hizo un seguimiento de personas mientras envejecían descubrió que aquellos que mostraban altos niveles de curiosidad tenían más probabilidades de seguir vivos cinco años después (estudio). La curiosidad parece aumentar la esperanza de vida.
- Estar interesado en otras personas ayuda a establecer relaciones más sólidas, con mayor sensación de intimidad y relaciones significativas (estudio).
Como ves, la curiosidad te conduce a nuevas relaciones, habilidades o áreas de conocimiento que enriquecen tu vida a muchos niveles. No hay una fórmula mágica para la curiosidad, pero sí existen algunas estrategias que podemos aplicar para hacer la vida más interesante.
Cómo ser más curioso cada día
«La curiosidad es el motor de los logros»
Ken Robinson
- No llenes tus horarios con más bloques de tiempo o tareas. Tu mente necesita tiempo para divagar y que las preguntas surjan en tu cabeza.
- Elige libros para salir de tu zona de confort. Siente que estás leyendo algo que jamás hubieras comprado en una librería de forma normal.
- Cada vez que estés con una persona nueva, ponte el objetivo de aprender todo lo posible de ella.
- Lleva lo que aprendes al siguiente nivel escribiendo. Es lo que estoy intentando en este blog, de forma que consigo explorar nuevos temas y cultivar mi curiosidad.
- Pregúntate ¿por qué? y ¿cómo? cuando leas algo. Para ser curiosos debemos centrarnos en hablar menos, hacernos preguntas y escuchar más.
- Elige temas que te resulten interesantes y profundiza en ellos. Puedes hacerlo con pódcast o charlas TED.
- Lleva un cuaderno para notas a todas partes: te generará una curiosidad natural a investigar, apuntarte preguntas y buscarlas después.
- Utiliza un diario para explorar tus sentimientos, objetivos y comportamientos, y así trabajar además tu metacognición.
«Una mente que no se agita con buenas preguntas no puede apreciar el significado de las mejores respuestas»
Mortimer J. Adler
0 Comments