«Intentar leer un libro mientras haces un crucigrama. Ese es el ambiente intelectual de Internet».

Nicholas Carr, autor de The Shallows

Vivimos en la era de la multitarea. Hacemos varias cosas a la vez en el trabajo, en la comida, en las conversaciones cotidianas, mientras usamos el ordenador, incluso mientras tenemos relaciones sexuales.

El problema de la multitarea es la emoción que genera al crear la ilusión de cumplir varias tareas al mismo tiempo, porque concentrarse es un trabajo duro y, francamente, porque somos adictos a la distracción.

Piénsalo.

¿Cuál crees que es el coste de la multitarea?

¿Piensas que puedes ser productivo haciendo varias cosas a la vez?

En este artículo, profundizamos en las verdades del multitasking. Verás que no sólo está en juego tu productividad, sino también tu salud, seguridad, relaciones y bienestar emocional. Al final, veremos algunas recomendaciones para evitar esta ilusión y volver a ser productivos.

¿Cómo vive el cerebro la multitarea? 

En realidad, si que somos capaces de hacer dos cosas al mismo tiempo. Pero lo que no podemos hacer es concentrarnos en dos tareas a la vez, porque la multitarea obliga a tu cerebro a cambiar rápidamente de una tarea a otra.

Si nuestro estado de ánimo no se alinea con nuestros objetivos, el cerebro nos incentiva a estar en modo exploración. Cuando la inversión en recursos atencionales no recibe el resultado esperado, el estado de ánimo baja y la frustración, la fatiga y la ansiedad emergen para desincentivar esa inversión. Desde el punto de vista evolutivo tiene sentido que cambiemos la atención para monitorizar el ambiente, pero en el mundo actual se paga caro el cambio de atención. Ser productivos no es lo mismo que estar ocupados.

La multitarea te obliga a pagar un precio mental cada vez que interrumpes una tarea y pasas a otra. En términos psicológicos, este precio mental se denomina coste de cambio (estudio). Por ejemplo, cada vez que revisas la bandeja de entrada del correo, de media, tardas 64 segundos en volver a tu tarea anterior. (estudio)

Cuando le pides a tu cerebro hacer dos tareas que todavía no ha automatizado del todo, lo que ocurre es que el cerebro cambia rápidamente entre ambas tareas.

En realidad, la multitarea es un término que proviene de la computación (detalle), si hablamos del cerebro es mejor referirnos a un cambio de tareas.

Para ejemplificarlo, en un estudio pidieron a varios participantes que prestaran atención a una escena sobre la naturaleza en un ordenador, y que intentarán mantener los detalles en su memoria durante 7 segundos. Después de esos segundos, se les evaluaba si recordaban la escena. Aunque en algunos ensayos, tuvieron que realizar otra tarea al mismo tiempo, mientras en otros solo mirar la escena.

En el primer caso, ciertas regiones del cerebro se activaban cuando los participantes realizaban la tarea de recordar escenas de la naturaleza. De forma que, cuando los participantes sólo realizaban esta tarea, se activaba una única región cerebral. Pero cuando se introdujo la segunda tarea, no solo el periodo de retardo para recordar las escenas era mayor, sino que se activaba una región cerebral diferente mientras se desactivaba la primera.

En resumen, el cerebro no procesa en paralelo, sino que cambia de tarea. Así que, aunque pensemos que somos multitarea, el propio cerebro necesita cambiar el foco atención y los recursos de la memoria de trabajo.

Además, cuanto más complejas sean las tareas y más a menudo tenga que cambiar el cerebro, mayor será la pérdida de tiempo, el estrés generado y la frustración. (estudio, estudio, estudio)

Control ejecutivo de los procesos cognitivos en el cambio de tareas
Control ejecutivo de los procesos cognitivos en el cambio de tareas. El tiempo que tardamos en cambiar de una tarea a otra es mayor cuando menos automatizada es la tarea. (estudio)

Durante la multitarea, las funciones ejecutivas de los lóbulos frontales controlan y gestionan otros procesos cognitivos y determinan cómo, cuándo y en qué orden se realizan ciertas tareas:

  • Hay una primera etapa que se conoce como «cambio de objetivo»: decidir hacer una cosa en lugar de otra. Cuanto más compleja sea esta tarea previa, mayores serán los costes de cambio.
  • La segunda se conoce como «activación cognitiva»: cambiar las reglas de la tarea anterior por las reglas de la nueva tarea. Cuanto más compleja sea esta nueva tarea, más tiempo llevará este proceso.

En el caso del aprendizaje, cualquier estudiante es consciente de que la multitarea reduce su eficacia, pero el aburrimiento que produce el sistema educativo y las posibilidades que ofrecen las redes sociales le dicen al cerebro que hay alternativas mejores para cambiar el foco.

El problema es que al cambiar constantemente la atención a mensajes y notificaciones el resultado en los exámenes no solo es peor (estudio), sino que el tiempo de estudio necesario aumenta considerablemente (estudio). Ya ni hablemos del tipo de estudiante que usa el ordenador para sus tareas, porque parece que necesitan mayor inhibición cognitiva para evitar distracciones. (estudio, estudio)

Cuando haces varias cosas a la vez mientras aprendes, tu cerebro reduce su flexibilidad. Como resultado, empeora la capacidad de abstracción y la memoria. Por ello, la concentración es siempre condición necesaria para aprender.

¿Quieres ponerla a prueba? ¡Haz este test!

¿La multitarea tiene efectos secundarios?

Cuando nos encontramos en situaciones en las que hay múltiples alternativas del exterior o de que surgen de nuestra memoria, no somos capaces de filtrar lo irrelevante. En varios estudios se ve que las personas con un alto nivel de multitarea son peores manteniendo la concentración, tomando decisiones y seleccionado lo importante a largo plazo. (estudio, estudio)

Con cada acción entrenamos nuestros cerebros y creamos hábitos.

El problema es que cuando intentamos revertir los efectos secundarios de la multitarea, nuestros cerebros son plásticos pero no son elásticos. (estudio) Es paradójico que las personas que más propensas a caer en la multitarea, se sienten como las más productivas. (estudio)

Estos no son estudios concluyentes. Lo más probable es que las personas con mayor capacidad para distraerse, menor autocontrol o mayor impulsividad sean simplemente más propensos a la multitarea. Sin embargo, también es posible que caer en la multitarea frecuentemente genere cambios en la neuroplasticidad del cerebro que se traducen en divagación, lapsos de atención, etc.

En cualquier caso, sabemos por varios estudios y experimentos que la multitarea puede ser peligrosa cuando estamos al volante, aumentando los niveles de FOMO o empeorando las relaciones con otras personas (estudio, estudio, estudio, estudio, estudio, estudio, estudio, estudio). La multitarea es un mito que sale muy caro. Necesitamos soluciones para recuperar la productividad.

«La forma más corta de hacer muchas cosas es hacer sólo una cosa a la vez».

Mozart

Soluciones para ser productivos

Cuando intentas gestionar tus proyectos personales, el trabajo y relaciones sociales, la productividad parece misión imposible. Es difícil encontrar el equilibrio entre estar enfocado en tus tareas y estar disponible para los demás. Espero que te ayuden estas soluciones para recuperar tu productividad:

  • El primero y mejor consejo que puedo darte es que decidas cual es la única prioridad innegociable del día. Esta será condición necesaria, aunque no suficiente, para empezar a ser productivo. En mi caso algunos días están ya definidos: El martes nuevo episodio del podcast y audio por el grupo de Telegram, el jueves enviar newsletter, y el domingo sesión de estudio. Ten por seguro que si no te comprometes con nada, te distraerás con todo.
  • Como segunda recomendación, aunque no siempre aplica, es enmascarar las distraccciones. Ya vimos que escuchar música no mejora el aprendizaje porque aumenta la carga cognitiva utilizada, pero es buena opción para poner barreras a la multitarea.
  • Haz lo más importante por la mañana cuando tu capacidad de autocontrol es mayor. Esto te ayudará a liberar espacios en tu cabeza para el resto del día.
  • Crea un horario regular cada semana. No solo tendrás los beneficios de sincronizar tus ritmos circadianos, sino que te ayudará a tener una visión mas clara del momento para poner toda tu atención.
  • Organiza pausas productivas para no acabar en piloto automático. No esperes cuando estés cansado.
  • Estructura bloques de trabajo razonables. Dividir tus tareas en bloques más pequeños con un principio y un final facilitará tu entrada en estado de flow. En mi caso, cada vez que empiezo un artículo, el primer bloque es definir el esquema de lo que voy a poner. Si las tareas que realizas son mas pequeñas, tu habilidad no es juzgada por resolver un problema, sino por la consecución de pequeños pasos.
  • Si trabajas con otras personas, define bien tus responsabilidades antes todo lo anterior.

Al final, como vimos en este artículo, el cerebro tiene dos modos de pensamiento: uno enfocado y otro desenfocado. Si queremos ser productivos, tenemos que sacar el mayor beneficio de ambos modos, en lugar de estar penalizando nuestras metas cambiando el contexto y la atención entre tareas.

Lo importante no es priorizar lo que está en tu agenda o lista de tareas, sino programar tus prioridades.

Empieza a poner en práctica estos consejos y anota en un diario tu proceso de cambio 🙂


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